Esta es una pequeña introducción que escribí para la tesis de mi amiga Mai Sujatovich sobre el desafío del talento en Estados Unidos. Gracias Mai por pensar en mi.
El mundo está completamente inmerso en una de las más grandes revoluciones tecnológicas de la historia de la humanidad. Nunca antes habíamos progresado con tanta velocidad e intensidad, y la sociedad está cambiando con ella. La forma en la que nos comunicamos, nos divertimos y aprendemos ha cambiado radicalmente y sigue haciéndolo a una velocidad vertiginosa. Hace unos años no podríamos habernos imaginado que seríamos capaces de comunicarnos con virtualmente cualquier persona desde cualquier persona del mundo no sólo por teléfono, sino incluso con imágenes y vídeo. Las personas se sienten más cercanas unas de otras porque pueden compartir sus experiencias de forma casi instantánea. Todos y cada uno de nosotros nos hemos convertidos en corresponsales de lo que está pasando. Siempre que algo está pasando, alguien está ahí para presenciarlo, tomar un vídeo, y a los pocos minutos millones de personas lo pueden estar viendo también. Sin duda, la revolución tecnológica conlleva una revolución social. El mundo es más pequeño que nunca, poniendo a todas las culturas del mundo cada vez más juntas, lo que hace que aprendamos a dejar de lado las diferencias y luchar por un mundo más unido.